20 de marzo de 2013

Mi papá

A Edu le falta su padre desde hace ya bastante tiempo y eso nunca se lleva bien. En los momentos más emocionantes de nuestras vidas siempre le tiene presente; en nuestra boda, cuando nos dijeron que nuestro primer hijo era un niño, en el parto de Marçal, cuando nos dijeron que nuestro segundo bebé sería una niña, durante los días duros en que Júlia estuvo en la incubadora... y un largo etcétera. Y en el fondo, en su día a día, porque un padre es un padre y aunque no esté fisicamente, siempre está ahí.

Edu trabaja mucho. Y como la mayoría de padres que somos padres y trabajadores, no dispone de todo el tiempo que le gustaría para estar con sus hijos. La semana no da mucho para él. Pero aunque durante el día no los ve, las tardes en casa son intensas; "tú duchas a Marçal, yo baño a Júlia, mientras le pones el pijama a Júlia yo preparo el bibi y la cena, hay que buscar un libro para leer esta noche con Marçal...," ya sabéis, lo normal. Y hay que conformarse con eso, con ese tiempo lleno de cosas que hacer para estar con ellos. Y aunque el tiempo es corto y pasa volando intentamos disfrutar de ellos a la vez que educar, y eso no es nada fácil.

Los fines de semana intentamos no despegarnos y hacemos siempre cosas en familia. Los niños lo agradecen. Júlia es muy pequeña, aunque ya le reclama. Marçal necesita mucho a su padre y se lo hace notar. Porque aunque ir a la escuela, jugar con los amigos, comer en casa de los abuelos..., etc, está muy bien, estar con papá no tiene precio.

Os dejo con las fotos de nuestro día del padre y el regalo de Marçal.

Besitos!!






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