7 de enero de 2013

Volviendo a la normalidad

Este fin de semana ha sido muy emocionante para los niños y también para nosotros. El sábado fuimos a ver la cabalgata y nos gustó mucho. Por suerte, este año no ha hecho nada de frío en comparación con el año pasado, pues se hicieron de rogar,  estuvimos más de una hora en la calle esperándoles. Eso crea en los niños aún más nerviosismo. Este año las carrozas estaban preciosas tiradas por tractores, camiones llenos de niños y hasta hubo caballos.
Tantas luces, niños cantando, caramelos por todas partes...
Marçal iba preparado con su farolillo para que los reyes le vieran bien.







Júlia no se asustó esta vez. En brazos de su abuelo y su tío parece que las cosas se ven de otra manera.


Me encantan las caritas de los niños al ver llegar las carrozas de los reyes, es una mezcla de ilusión, nervios y respeto. Aún recuerdo esa sensación.





Marçal quería ver a Melchor, pues es su favorito y al que le entrega la carta cada año. Las cabalgatas de pueblo son más pequeñas y más sencillas que las de ciudad pero tienen sus ventajas y es que seguro estás en primera línea y los niños le pueden dar la carta a un rey, que siempre es más directo que entregársela al paje, además esto nos permite apuntar alguna cosita de última hora justo el mismo día. Edu siempre lo hizo así y le gusta que Marçal lo haga de la misma manera, así que se lo sube a hombros y le acerca hasta la carroza de su rey preferido. Además estos días ya hemos hecho suficientes colas, así que si podemos evitar la del paje, mejor!
Por la noche, como cada año, cenamos con la familia y los niños se acostaron tarde y agotados. Júlia se durmió enseguida pero Marçal tardó un poco más por eso de los nervios...
Júlia me ha salido dormilona, todo lo contrario de Marçal, pero parece que intuía que esa noche era especial, a las 6 de la mañana ya estaba despierta!! No hubo manera de que se volviera a dormir, parecía pedir que abriéramos los regalos. A las 8, Marçal subió corriendo a nuestra habitación: "ya han pasado los reyes, ya han pasado los reyes!!". Así que bajamos al salón y empezamos a abrir todos los regalos que había sobre el sofá








Los reyes han sido generosos con los regalos, pero también han dejado un poquito de carbón para Marçal para recordarle que hay que portarse bien!!




El día fue muy intenso, los reyes dejaron regalos para Marçal y para Júlia en todas partes, así que nos vestimos y nos fuimos de ruta para recogerlo todo. Haciendo gala de su buen corazón, Marçal nos decía que él no quería tantos regalos y que prefería que nosotros tuviéramos más, que la cosa estuviera más repartida, pero se le olvidaba y se le volvía a iluminar la cara al entrar en el siguiente sitio a por más.



Estuvimos en casa de los abuelos, unos tíos, otros tíos, los primos...












Y ahora sí, parece que las fiestas se han terminado. Toca volver a la normalidad. Regresar a los horarios de siempre para levantarse, comer, dormir... Esto nos irá bien a todos. Marçal vuelve a la escuela mañana y yo seguiré con mis rutinas, con Júlia conmigo, claro.
Han sido las primeras Navidades para Júlia y para nosotros las primeras disfrutando de ella. Para Marçal han sido sus primeras Navidades como hermano mayor, compartiendo y cuidando de ella. Estoy segura que ese a sido su mejor regalo.

Besitos!!


 
 

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